martes, 24 de enero de 2012

Mariposas en el jardín



Cada mañana es un nuevo empujón hacia el optimismo. Cuando el silencio me tambalea el colchón y no quiero salir de las sábanas arañadas de sueños, trato de desperezarme con ánimos que repiquetean en mi mente. Luego el desayuno y las llamadas matutinas.

Me cuesta mucho madrugar, y puede que sea una buena señal. Una señal de que la calma está llegando a mi vida, por fín. Poder dormir tranquila es un objetivo que pensé jamás llegaría a alcanzar. Y es que cada uno tenemos nuestros terrores nocturnos, nuestras inquietudes transparentes y dolorosas. 

Ahora, cuando se hace de noche, y leemos en la cama, lucho por encontrar la paz. Por apartar los pensamientos de el círculo de sueño, y así permitirme-permitirnos descansar.


Y hoy os traigo una foto mágica, de esas que hice durante aquella escapada en otoño, a mi tierra. Estaba el bosque de la Alhambra tan bonito... que fue imposible retratarlo con todo su color, aun así os traigo una imagen, que ya sabéis que suele vales más que mil palabras.

Disfruten del miércoles de sol (para variar) de este invierno primaveral.

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