Me miras y me estremezco. Rozas con tus dedos mis piernas, y la respiración se contrae, como se contrae mi piel y mi alma.
¿Será él?, me pregunto.
Me sonríes y me besas y lías un cigarro para mí. Me regalas un beso y me observas con determinación, luego cierras los ojos y ronroneas, como un gato dulce que respira el invierno que nos rodea.
Siento que estás formando parte de mí, y quiero que no dejes de estar nunca, nunca, nunca....
Habrá silencio entre nuestras canciones... el que necesito para besarte.