viernes, 15 de junio de 2007

AMIGOS INSTANTÁNEOS

Todos los días, cuando salgo del curso que realizo por las mañanas, de vuelta a casa camino al rededor de una hora. Al principio como el camino es largo y puede resultar cansado, iba escuchando música o la radio. Pero ahora, casi me da pereza incluso aminorar el paso para colocarme los cascos, así que directamente me limito a caminar deprisa y a escuchar los sonidos de la calle, observando las personas que la cruzan incesantemente.
Generalmente voy ausente de todo y de todos porque camino muy deprisa y porque voy pensando mil cosas, pero cada día me ocurren cosas distintas en ese pequeño gran trayecto.
Una vez encontré a gente repartiendo macetas y tomé una para mi madre, otra vez me topé con una carpa enorme donde ponían durante esa semana un festival de cine, a veces me encuentro con gente que conozco, y otras con gente que no conozco, pero que aun así, entablan conversaciones conmigo, o simplemente me dedican algunas palabras, son lo que yo llamo, amigos instáneos. Son muy muy fugaces, y olvidas su rostro casi de inmediato, pero en el momento en que se dirigen a tí lo hacen con la mayor naturalidad posible, mostrando en su tono de voz, el tono de voz que puede utilizar un amigo al dirigirse a tí.
Hoy he conocido a tres amigos instantáneos, dos de ellos me han detenido para pedirme la hora y otro me ha llamado al pasar por mi lado, felicitándome por el grupo de música que aparecía escrito en mi camiseta.
Los amigos instantáneos son muy muy ligeros, así que puedes cruzar con ellos una o dos palabras, creando un instante de cruces, en el que si no fuera por esa estúpida razón por la que os deteneis puede que jamás os cruzarais en la vida. Pero aun así se consumen varios segundos de tu vida intercambiando palabras con esos que ya no son tan desconocidos, porque has compartido algo con ellos.
Sé que la idea puede resultar algo extraña, pero si os deteneis a pensarlo, todos los días aparecen personas así en nuestras vidas, al sacar al perro, al comprar el pan, o al entrar en el supermercado, al salir a pasear o en el cine. Cuando te encuentras reiteradas veces con un amigo instantáneo puede pasar que se convierta en un amigo de verdad...pero de eso sólo se encargan las vueltas de la vida.
Al final lo que nos quedan son destellos de todas esas millones de personas con las que nos hemos cruzado durante tantas veces, y con las que hemos compartido un instante muy fugaz de nuestra vida, un instante que ya no recordamos, pero que quizá sea simbólico y quizá pueda repetirse mañana y durante muchos días más.

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