Placeres como el de cervecear sin emborracharse, el olor a pizza recién hecha, un albariño detenido en la boca impaciente por ser tragado. Unas cosquillas en la espalda antes de dormir o el sol que da en la cara cuando sales a la terraza.
El silencio en un tejado. El soplo de aire frío al salir del portal, la luz que se apaga en la mesita de noche.
Y me abandono al pensamiento de hacer-lo-que-me-dé-la-gana una vez más... aunque luego nunca pueda, aunque luego los placeres sean como para el resto de la sociedad, gotitas inesperadas en una tarde de primavera.
5 comentarios:
La vida está llena llena de placeres pero hay que saber dosificarlos porque sino no lo son tanto.
albariños y cosquillas para tí, hada mágica.
Tq.
Eso es la vida, pequeños detalles y pequeños placeres.
tqm Lao.
Yo creo que si eres capaz de escribir sobre placeres, es que esos momentos de hacer-lo-que-me-da-la-gana, son más de los que imaginas, pues sino los placeres, no serían placeres, sino deseos...
Para placer leerte, niña! :)
AMEN.
Kss. :)
¡O como el placer de leerte!
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