lunes, 31 de mayo de 2010

Debilidades humanas...


Están por todas partes.. vienen y van, a veces se escapan cuando ya las habíamos capturado entre los dientes.

Extrañamente en Polonia... es como si no existieran... y es curioso, porque en España siempre estoy tentada, a hacer y deshacer si previo aviso. Aquí es como si todo estuviera demasiado organizado, o como si, por el contrario nada se atuviese ese orden, y esa carencia de sentido es lo que torna las cosas insípidas, incoloras y aburridas.

Seré yo, que desde el principio lo tenía claro y sabía que mi vida estaba lejos de aquí. Seré yo, que no he sabido ser feliz aquí, siempre con objetos, con personas, con olores en la mente, todos de allí.

El caso es que tonteando un poco con el ordenador, entrando y saliendo de carpetas que creía conocidas, me encuentro fotos como esta, y recuerdo lo tremendamente feliz que era en ese momento. Pisando la arena de Málaga con fuerza, para sentirla bien, y tomando una cerveza fría. Y lo más importante era todo lo que quedaba por llegar... o todo lo que había pasado. Todo rodeado de ese halo de nerviosismo, de atracción, de llamadas inesperadas y de sol.

Hace casi un año de esos días en el Parador de Málaga, y del verano en Granada, en definitiva. De las cervezas en la taberna del 22. Casi un año de la sangría en las terrazas del Albayzín y de los paseos en moto, y de las cenas en los mejicanos, y del sol y el aceite en la terraza.

Casi un año de las copas prohibidas, de las miradas fugitivas y de todo aquello que te hace enloquecer, tan sólo mirándolo desde lejos. De los viajes a Madrid, y de la Casa Granada en Tirso de Molina...

Quizá aun no entienda de debilidades polacas, pero ya para lo que me queda..prefiero pensar en la arena de Málaga y en la taberna del 22. Ese pensamiento sí que es seguro, sí que es real.

1 comentario:

Abigail LT dijo...

Las debilidades... ummmmm yo no me canso de pecar...

te quiero y quiero verte.